A comienzos de 1537 Almagro, el descubridor de Chile por la vía terrestre, abandonó el territorio por Atacama ante la premura de regresar a Cuzco, una vez conoció la rebelión de Manco. Le aguardaban la guerra con Pizarro, la prisión y la muerte a garrote un año después por orden de este último.
Distintos grupos de los expedicionarios de Almagro exploraron los nuevos territorios y, a medida que avanzaban, la esperanza de encontrar oro y riquezas se esfumaba cada vez más. El país parecía propicio sólo para la agricultura. Como eso no era lo que estos hombres buscaban, decidieron regresar al Cuzco, eligiendo el camino de los extensos y áridos desiertos del norte. Arribaron a Perú a comienzos de 1537.
Diego de Almagro murió al año siguiente, ajusticiado por orden de su antiguo compañero de aventuras, Francisco Pizarro.
La ambición de Valdivia
La muerte de Diego de Almagro dejó el camino abierto para que Francisco Pizarro intentara —a través de sus hombres de mayor confianza— la conquista de Chile. Pese a las ambiciones de los españoles, ninguno tuvo deseos reales de aventurarse en territorio chileno, hasta que el capitán Pedro de Valdivia, quien había luchado contra Almagro en favor de Pizarro en la batalla da Las Salinas, decidió conquistar estas tierras para España.
Valdivia era un hombre destacado por su experiencia y adecuada instrucción militar. Había viajado a América en 1535, solo y dejando en España a su esposa Marina Ortiz de Gaete. Después de servir casi un año en Venezuela, llegó a Perú. Se enroló bajo las órdenes de Francisco Pizarro, y desplegó todas sus dotes militares, recibiendo como premio tierras, indios y una mina de plata. Así, se convirtió en uno de los colonos más acomodados de Perú. Sin embargo, aspiraba a una gobernación propia.
La conquista de Chile por Pedro de Valdivia
En 1539 Pedro de Valdivia (1497-1553), maestre de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro y experimentado soldado procedente de los tercios de Flandes e Italia, solicitó a su capitán y gobernador autorización para realizar una expedición a Chile. Era la oportunidad de probar fortuna y alcanzar hacienda y gloria perseguida en campos de batalla europeos y en numerosas luchas como en las que había tomado parte en América. Pizarro accedió a la petición nombrándole "teniente de gobernador", pero dejó en sus manos levantar y pagar la fuerza con la que acometer la nueva jornada, que no sería sino la finalización de la ocupación del imperio inca, tal y como sucediera en la fracasada aventura de Almagro.
Obtenida la autorización para conquistar y poblar estas tierras en nombre del Rey, Pedro de Valdivia recibió el título de Teniente Gobernador de Chile —es decir, jefe del país que se proponía conquistar—, sometido a la autoridad de Francisco Pizarro.
Por su intervención en la guerra civil del Perú, Valdivia había sido recompensado con una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, bienes que puso a disposición de la campaña que se aprestaba a iniciar. Sin embargo, no logró reunir los medios necesarios hasta que pudo alcanzar un acuerdo con un adinerado comerciante llegado de España, Francisco Martínez, que financió el avituallamiento de los expedicionarios a cambio de la mitad de lo que rindiera la Conquista.
Las dificultades serían todavía mayores para reunir una fuerza suficiente que ofreciera garantías para la aventura. Las noticias que habían traído de Chile la gente de Diego de Almagro sobre la ausencia de grandes riquezas y la penuria del viaje desalentaron el reclutamiento. En esta ocasión se pretendía la conquista del país y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.
Debido a estos problemas, Valdivia acordó compartir jornada con Pero Sancho de Hoz, quien fuera secretario de Pizarro y estaba ansioso de hacer efectiva la gobernación que el rey le había concedido en las tierras que descubriera en la región más austral. En enero de 1540 Valdivia partió de Cuzco con apenas once soldados y mil indígenas, decidido a seguir la ruta del desierto que señalara el retorno de Almagro.
El viaje
La expedición tenía un alto costo. Había que proveerse de hombres, animales, alimentos y otros recursos. Lo que más le costó a Valdivia fue reunir a los hombres. Invirtió todos sus recursos y hasta se endeudó para concretar su viaje, y sólo logró reunir unos 150 soldados. Incluyó en el grupo a una mujer española, Inés de Suárez, y a algunos sacerdotes.
Los expedicionarios traían consigo diversas semillas europeas —principalmente trigo—, animales domésticos —como cerdos y gallinas—, y herramientas de toda clase. El 20 de enero de 1540, partieron desde el Cuzco.
A diferencia de Almagro, Valdivia eligió la ruta de los desiertos para venir a Chile: del Cuzco a Arequipa, de Arequipa a Tacna y de allí a Arica, prosiguiendo a Tarapacá.
En su determinación, pesaron no sólo las dificultades naturales del Altiplano, sino también la hostilidad de los indígenas de la región. El capitán español cuidaba mucho de dar descanso a sus tropas, en aquellos valles donde encontraba pasto para sus caballos y víveres para sus soldados.
De Arica la expedición pasó a Tarapacá y allí aguardó a que se sumaran nuevos efectivos. Primero fueron los dieciséis que llegaron con Rodrigo de Araya; después la gente reunida por Francisco de Villagra, procedente de la fracasada expedición de Diego de Rojas, unos ochenta más. En San Pedro de Atacama se agregaron veinticinco españoles al mando de Francisco de Aguirre. Fue entonces cuando Sancho de Hoz pretendió asesinar a Valdivia.
Fracasado ese intento, y ante la perspectiva de ver frustrada la campaña a causa de las discordias, Valdivia, después de haber mandado prender a su rival, se limitó a imponer a Sancho de Hoz que disolviera mediante escritura la compañía que traía con él y asimismo renunciara a los derechos que habían acordado repartirse cuando se asociaron, tras lo cual, después de expulsar a varios cómplices, le permitió continuar en la expedición.
Posesión del territorio
En septiembre de 1540, los españoles llegaron a Copiapó, donde tomaron posesión del territorio. En Copiapó llegarían a incorporarse una veintena más de españoles. Y con esta fuerza, Valdivia tomó posesión del territorio que en adelante se descubriera con el nombre de Nueva Extremadura -en honor a su tierra de procedencia, en la península Ibérica-, pues a esa distancia y en esa latitud concluían los derechos de Pizarro. Se extendió un acta y el lugar se llamó Posesión, nombre que se le asigna a Copiapó en los primeros documentos de la Conquista.
Los expedicionarios continuaron su avance por los valles de Huasco, Coquimbo y Aconcagua y, en diciembre de 1540, ya se encontraban en el Valle del río Mapocho.
Aquí, encontraron una complicada situación política y militar entre los indígenas. Michimalongo y Tangalongo se disputaban el dominio del valle. A su vez, el cacique Atepudo mantenía guerras con Michimalongo.
Valdivia sabía que su empresa de conquista era difícil y que ésta, entre otros factores, dependía del lugar en que fundara la primera ciudad.
Pedro de Valdivia llegó al valle del Mapocho en diciembre de 1540. La organización bélica y urbana lo llevó a fundar Santiago del Nuevo Extremo el 12 de febrero de 1541. Poco después Valdivia nombró a los integrantes del cabildo, el que a su vez lo nombraría gobernador de Chile.
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"Fundación de Santiago", cuadro de Pedro Lira.
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Viaje al Perú (1547-1548)
El año 1547 partió Valdivia hacia el norte en el barco de Pastene. Como hubo muchos interesados en volver con él, debió recurrir a un engaño para impedirlo: aparentemente aceptó y permitió a los que desearan embarcar sus pertenencias y especialmente el oro que habían acumulado. Mientras en la costa, los viajeros celebraban su pronta partida, Valdivia furtivamente se dio a la mar, llevándose los caudales de esos colonos. La indignación fue grande, se contó que algunos murieron en la desesperación de ver perdidos los ahorros de toda la vida y otros enloquecieron.
En el Perú se había desatado una guerra. Los herederos de Pizarro habían desconocido una orden del rey en términos de poner fin a la encomienda de servicio personal y apoyados por un número nada despreciable de conquistadores se habían hecho del poder ejecutando a algunos funcionarios reales. Para acabar con este desorden el rey envió a Perú al licenciado Pedro de la Gasca, quien rápidamente se dio a la tarea de organizar tropas y prometió perdón a todos aquellos que se habían alzado contra el rey si ahora venían a combatir a su favor.
Enterado de estos hechos, Valdivia no dudó un segundo en ponerse a las órdenes de la Gasca. Participó activamente en las campañas contra los Pizarro y tuvo participación decisiva en la batalla final llamada de Jaquijahuana o Saxuhuamán. Por estos méritos, La Gasca, poco después de la batalla (abril de 1548) y a nombre del Rey reconoció a Valdivia su título de Gobernador y le especificó los límites de su gobernación: Desde el paralelo 27 hasta el 41 de latitud Sur y desde la costa, cien leguas hacia el Este (600 kilómetros aproximadamente). Es decir desde el desierto de Atacama hasta la altura de Puerto Montt y desde la costa del Pacífico hasta la costa del Atlántico, lo que dejaba en posesión de Chile el territorio de la Patagonia in extenso.
En Perú Valdivia fue sometido a un juicio por el mismo La Gasca a causa de ciertas acusaciones que pesaban en su contra. Resultado de este juicio fue el compromiso de Valdivia de devolver lo que había tomado de los españoles de Chile y además el compromiso de dejar de convivir con doña Inés y casarla con uno de sus capitanes. Ambos compromisos fueron cumplidos.
La segunda etapa de la conquista: expansión al sur (1550 - 1553)
El viaje al Perú significó la consolidación de la conquista de Chile ya que Valdivia vuelve con refuerzos y pertrechos y además con el reconocimiento oficial de su cargo y derechos sobre los territorios. En estas condiciones ya pudo emprenderse la conquista del resto del territorio que en derecho se le había otorgado. La mecánica para esto fue la fundación de ciudades. La primera fue en realidad una refundación: la ciudad de La Serena había sido destruida y Francisco de Aguirre le refundó en 1549.
En 1550 comenzó el avance hacia el Sur y con ello comenzará también la Guerra de Arauco, por lo cuanto deberán enfrentarse con la fiera resistencia del pueblo araucano. Por esta razón Valdivia debió fundar varios fuertes, sobre todo en el territorio propiamente araucano.
El 5 de octubre de 1550, fundó la ciudad de Concepción que contó inicialmente con 40 vecinos a los que se le repartieron indios y tierras.
Las siguientes fundaciones fueron: La Imperial (1551), Valdivia (1552), Villarrica (Jerónimo de Alderete 1552), Los Confines (Angol 1553) y los fuertes de Tucapel (1552) Arauco y Purén (1553).
Con todas estas instalaciones, los españoles se encontraban optimistas, pues suponían dominado y controlado el territorio araucano. Sin embargo fue precisamente esta profusión de fundaciones, que los castellanos consideraban su mayor logro, su principal error estratégico y la causa de muchas desgracias, entre las que se cuenta la propia muerte de Valdivia que culminarán con la destrucción de todas las ciudades construidas al Sur del Biobio hacia fines del siglo (XVI).
Hay que considerar que el número de españoles en esta época, contando todos los refuerzos llegados, no pasaba de mil, mientras que se calcula en medio millón aproximadamente, la cantidad de indígenas que habitaban Chile entre Copiapó y Reloncaví (territorio de penetración española). Entre el río Itata y el Toltén se calcula habitaban unos 400.000 indígenas.
Ahora bien, si se considera que además de esta enorme desproporción en número, los españoles se habían dividido en pequeños grupos que habitaba cada fuerte y ciudad, algunos de los cuales estaban separados por más de 500 kilómetros, se concluye que la debilidad de los conquistadores era enorme, sobre todo frente a un ataque masivo de los araucanos.
Pero ¿qué motivó a Valdivia a expandirse al Sur?
· Avanzar hacia el Estrecho de Magallanes
· Tomar posesión efectiva de su gobernación que abarcaba tierras desde el Pacífico hasta el Atlántico
· Premiar a los conquistadores
· Repartir tierras fértiles con abundante mano de obra nativa
· Buscar y explotar tierras auríferas.
Primera insurrección general araucana (1553 - 1557)
Esto ocurrió cuando Lautaro logró organizar y dirigir una insurrección general de su pueblo a fines de 1553. Con una nueva estrategia, atacó simultáneamente los fuertes de Purén y Tucapel. Al enterarse Valdivia de este hecho debió dividir sus fuerzas para partir en auxilio de ambos lugares dirigiéndose él a Tucapel. Los indígenas aplicando sus nuevas estrategias, lo esperaban emboscados y lo atacaron en oleadas sucesivas hasta agotar la resistencia de los españoles que fueron cayendo uno tras otro. Finalmente el propio Valdivia fue capturado y, poco después, muerto.
La inesperada muerte del Gobernador tuvo efectos desastrosos en la naciente colonia pues sería difícil encontrarle un reemplazo a esa altura. A pesar que Valdivia había previsto esta eventualidad designando sus posibles sucesores, se produjeron serias disputas entre sus antiguos compañeros de conquista varios de los cuales, con diferentes argumentos y razones pretendieron heredar el cargo de gobernador. Esto llevó incluso a que se generara una rivalidad entre los habitantes de Santiago y los de Concepción quienes apoyaban a personajes distintos para el cargo. Esta situación de incertidumbre se termina cuando el virrey del Perú designó para el cargo a su propio hijo, Don García Hurtado de Mendoza en 1557.
FUNDACIÓN DE CIUDADES EN CHILE
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SIGLO
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NORTE
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CENTRO
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SUR
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XVI
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La Serena 1544
(gob. de P. de Valdiva)
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Santiago 1541
(gob. P. de Valdivia)
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Concepción 1552 (gob. P. de Valdivia)
Los Confines (Angol) 1553 (gob. de P. de Valdivia)
Cañete 1558 (gob. García Hurtado de Mendoza)
La Imperial 1552 (Gob. p. de Valdivia)
Villarrica 1552 (gob. P. de Valdivia)
Valdivia 1552 (gob. P. de Valdivia)
Osorno 1558 (gob. García Hurtadode Mendoza)
Castro 1567 (gob. Melchor Bravo de Saravia)
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Acta de la fundación de Santiago
"A doce del mes de febrero, año de mil quinientos y cuarenta y un años, fundó esta ciudad a nombre de Dios y de su bendita madre, y del Apóstol Santiago, el muy magnífico señor Pedro de Valdivia, teniente gobernador y capitán general en las provincias del Perú por Su Majestad y púsole nombre la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, y a esta provincia y a sus comarcas, y aquellas tierras de que Su Majestad fuere servido que sea gobernación, la provincia de la Nueva Extremadura.”
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Gobernador Pedro de Valdivia
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